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Si pensabas que los bailes precarnavalescos eran solo para moverse al ritmo de la música, piénsalo otra vez. La ingeniera René Rodríguez, mejor conocida como "René I", llevó a otro nivel la tradición meridana ayer en el Club de Leones del Mayab. Sin querer, claro, pues su único objetivo era divertirse con "Las Divinas" y, de paso, dejar a todos boquiabiertos.
Inspirada en el glamour de Las Vegas (y con el espíritu de la ciudad del pecado muy presente), René I y su comparsa nos regalaron un show que hizo que muchos se preguntaran si estaban viendo un espectáculo digno del Strip de Nevada o el baile de fin de semana en el vecindario. Ataviada con un penacho gigante y un traje fucsia que decía "aquí estoy", la reina cerró con broche de oro, envuelta en una capa de luces que simulaba el vuelo de una mariposa, mientras la ovación era tan fuerte como el sonido de los tacones de las asistentes.
Pero claro, este no fue solo un despliegue de talento y brillos. Entre baile, aplausos y risas, también hubo solidaridad. El evento no solo celebró el fin de un reinado, sino que recaudó fondos para la Capilla San Juan de los Lagos en Santa María Chi, gracias a la venta de boletos, comida y bebidas. Y, como toda reina con corazón grande, René I aprovechó para agradecer a sus patrocinadores y a "Las Divinas", las coreógrafas y, por supuesto, al público que llenó el salón con más de 330 personas.
Después de un reinado tan fructífero, René I ya tiene su lugar asegurado en el salón de la fama de las "reinas que no solo bailan, sino que también ayudan". Y para todos los demás: ¡prepárense! Porque los bailes precarnavalescos en Mérida no solo se hacen para bailar, sino también para hacer el bien… y, por supuesto, para dejar a todos con el ánimo de seguir moviéndose al ritmo de la solidaridad.
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